Katy Hessel

¿Una historia del arte hecha por las mujeres?

A lo largo de los siglos, las mujeres artistas se las arreglaron para seguir e impulsar los cambios de sus épocas.

Libro. Historia del arte sin hombres de Katy Hessel
Libro. Historia del arte sin hombres de Katy Hessel

Katy Hessel, una de las críticas de arte más prestigiosas del Reino Unido, ha tenido el atrevimiento de escribir una Historia del arte sin hombres . ¿Se puede? Por supuesto que se puede. A partir de Hildegarda de Bingen (1098-1179), sobre la cual hemos hablado a su tiempo, autora de unas complejas ilustraciones para las que tuvo que pedir permiso al propio Papa, abundan los nombres hasta hace poco silenciados y/u olvidados.  Ironicamente, ella se inspira en la canónica Historia del arte que E.H. Gombrich publicó por primera vez en 1950 y que no incluía a ninguna mujer; en la decimosexta edición ya aparece una !!!

«Ser mujer y ser artista nunca ha sido fácil». Así empieza Hessel la introducción titulada Mujeres triunfantes. Y es que nunca fue fácil, efectivamente, como muestra el hecho de que los marchantes de arte del siglo XIX tachaban la firma de una artista femenina y la sustituían por la de un varón, lo que explica que muchas de las obras de las artistas estén saliendo actualmente a la luz. ¿Por qué esta ocultación? Pues está claro, y es que incluso en la actualidad una investigación publicada en septiembre por la revista digital Artnet establecía que la mayor parte de los participantes prefería las obras de arte hechas por mujeres, pero consideraban «más valiosas» las producidas por hombres.

«Ser mujer y ser artista nunca ha sido fácil».

Artemisia Gintileschi

Artemisia Gentileschi   fue una pintora barroca italiana. Su formación artística comenzó en el taller de su padre, el pintor toscano Orazio Gentileschi uno de los grandes exponentes de la escuela romana de Caravaggio. En mayo de 1611, cuando tenía 18 años, el pintor Agostino Tassi, maestro suyo y amigo de su padre, la violó. Suceso que se considera que tuvo influencia tanto en su vida como en su pintura.  Reflejó su rabia por la violación que había sufrido en este ‘Judith decapitando a Holofernes’, c. 1620, ahora en la Galleria Uffizi d Florencia. Fue la primera mujer en hacerse miembro de la Accademia delle arti del disegno de Florencia y tuvo una clientela internacional.​ Trabajó bajo los auspicios de Cosme II de Médici.

Judith decapitando a Holofernes de Artemisia Gentileschi
Judith decapitando a Holofernes de Artemisia Gentileschi

Plautilla Nelli

¿Una Santa Cena de siete por dos metros pintada por una mujer? Pues sí, esta de Plautilla Nelli, en 1560. Ahora cuelga en todo su esplendor en Florencia , Santa María Novella. Plautilla Nelli (1524-1588) pintó este momento del Evangelio a pesar de tener prohibido crear escenas religiosas a gran escala por su sexo. ¿Cómo pudo hacerlo entonces? Pues gracias a la sororidad de sus compañeras: Nelli fue una monja dominica llamada también por el arte que creó un taller de pintura en su convento. Allí pintó este lienzo de siete por dos metros y suplió su falta de acceso a los modelos masculinos con otras religiosas, hecho que se evidencia en los rostros de los apóstoles, en especial de San Juan.

La Santa Cena de Plautilla Nelli
Detalle del mural de La Santa Cena de Plautilla Nelli

Catarina de Bologna (Vigri)

Catarina de Bologna (Vigri) fue una religiosa italiana, mística y artista: miniaturista, calígrafa, escritora y pintora, una extraordinaria mujer en cuya personalidad confluyeron el humanismo y una vibrante identidad religiosa. Pintaba en su convento, en un pequeño taller donde ella podía trabajar cuando no estaba en sus oficios. Se la considera la santa protectora de las artes liberales. ‘La virgen y el niño’ de Caterina Vigri, siglo XV. Si la hubiera pintado un varón, estaría en los libros de historia del arte  Capella della Santa, Bolonia.

La virgen y el niño, de Catarina de Bologna (Virgi)
La virgen y el niño, de Catarina de Bologna (Virgi)

Properzia de Rossi

Properzia de Rossi su pertenencia a una familia boloñesa bastante poderosa le permitió dedicarse a las artes y acudir a la Universidad. La ciudad de Bolonia representa una excepción en cuanto a la formación pública de las mujeres, debido a que la pintora Caterina de Vigri había dado renombre a la ciudad, mostrando a qué niveles podía llegar una mujer en el arte. Su primer contacto con la escultura fue realizando figuras en miniatura con los huesos de melocotones o albaricoques, tallándolos de forma esmerada y delicada, y gran detalle. Estas piezas estaban consideradas como un objeto de lujo y eran muy solicitadas por la alta sociedad boloñesa. Era una forma de escultura muy popular y a partir de 1520 comenzó a recibir encargos públicos. Esculpió en relieve ‘José y la mujer de Putifar’ en 1525 en la fachada de la entonces más famosa iglesia de Bolonia Basílica de San Petronio, Bolonia. Esta obra tiene una gran importancia  ya que es la primera vez, al menos que se conozca, que existe una obra escultórica firmada por una mujer en una iglesia occidental, y la primera documentada, situándola a la misma altura que los escultores más célebres del momento.

Escultura de José y la mujer de Putifar de Properzia de Rossi
Escultura de José y la mujer de Putifar de Properzia de Rossi

Caterina Van Hemessen

Muchas artistas mujeres que gozaron de amplio reconocimiento en su momento fueron posteriormente cayendo en el olvido. Reconocimiento, empezando por el suyo propio, y así la flamenca Caterina van Hemessen está acreditada como la primera persona, hombre o mujer, que pintó un autorretrato en un caballete. Fue en 1548 y entonces escribió sobre la tela «Yo, Caterina Van Hemessen, me he pintado a mí misma, aquí con veinte años».

Autoretrato de Caterina van Hemessen, 1548
Autoretrato de Caterina van Hemessen, 1548


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1 comentario en “¿Una historia del arte hecha por las mujeres?”

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